viernes, 13 de noviembre de 2009

TEMA: La reacción de la educación presencial

LA REACCION DE LA EDUCACION PRESENCIAL



A todo esto, las universidades “convencionales”, tal como las califican Tait y Mills(1999) ya han comenzado a reaccionar. Si bien es cierto que no existen indiciossuficientemente científicos para apoyar esta idea, el salto cualitativo realizado poralgunas universidades a distancia, ha permitido que algunas instituciones deeducación superior hayan salido de su letargo y estén dispuestas también aaprovechar al máximo no sólo lo que les ofrecen las TIC, sino también el aprendizajeque pueda venir de la mano de experiencias de educación a distancia.

Aunque en este sentido la reacción de las universidades convencionales tieneformalizaciones bien distintas. Por un lado, nos estamos encontrando universidadesque simplemente “permiten” el uso de las TIC a su profesorado en su labor docentecotidiana. Son instituciones que todavía no creen de manera decidida en la aportaciónde estas nuevas prácticas al conjunto de la educación universitaria. Prefierenestablecer un periodo de prueba en el cual sea su profesorado quien explore,experimente y valore qué se podría hacer, a dónde se podría llegar y cómo deberíahacerse.
Finalmente, existen aquellas universidades que han optado por crear sus propiasversiones virtuales, mediante el establecimiento de fundaciones o empresas que van agestionar esos contenidos virtuales de forma independiente de la institución matriz.


TEMA: El renacimiento de la educación a distancia




El renacimiento de la educación a distancia



Con el objetivo de hacer llegar la educación a todo aquel que la necesita, aparecieron las prácticas de educación a distancia. Estas prácticas han exigido siempre la existencia de un elemento mediador entre el docente y el discente. Generalmente, este mediador ha sido una tecnología.

De igual modo, las distintas universidades a distancia tradicionales están haciendo un importante esfuerzo para incorporar la utilización intensiva de las tecnologías de la
información y la comunicación en su oferta educativa y en sus métodos docentes, investigadores y de gestión. La Open University2 del Reino Unido ha sido una de las que ya inició este camino tiempo atrás con su Virtual Summer School (1996) y, más recientemente, cabe destacar por sus excelentes planteamientos estratégicos la Athabasca University3 de Canadá (Davis, 2001).

A esto deberíamos unirle, aunque no sea el núcleo de contenido de esta contribución, la aparición de un sinnúmero de empresas dedicadas a la formación que han visto en este nuevo concepto también bautizado con el anglosajón término de e-learning un importante filón económico. Por primera vez, la educación no es solamente un gasto, sino un elemento clave de negocio (Merrill Lynch Report, 1999).